martes, 29 de agosto de 2017

No es lugar para necios

Antonio es una persona a las que ahora le llaman millennial. Vamos, lo que es un chaval joven que se ha criado en la era de Internet y que generaciones más antiguas se encargan de destruir porque ven que llegan mil veces más preparados a un mismo puesto de trabajo gracias a los conocimientos en tecnología.

Un día, Antonio decide leer su prensa habitual, y leyendo El Economista se topa con una noticia que le despierta especial interés. El artículo hablaba sobre un tipo que hacía pruebas de ultraresistencia y sobre Bolsa. Antonio es un enamorado del deporte y está empezando a cogerle el gustillo al mundo bursátil, pero desgraciadamente no tiene muchos conocimientos.

Lee la noticia de arriba abajo y en ese artículo puede encontrar frases que llamó especialmente su atención como ''este sistema permite que el tiempo de dedicación sea muy pequeño y que se pueden obtener rentabilidades de entre un 10 y un 20% anuales'' o ''gana dinero en bolsa copiando''. Aunque después Antonio, visto que esa plataforma Social Trading de la que hablaban era de su agrado siguió buscando información en Google, y es en esa selva amazónica donde conviven auténticos cocodrilos experimentados se sumerge Antonio. Ahí ya puede encontrar frases más cachondas y más atractivas como ''sólo busca traders con buena rentabilidad y olvídate de lo demás'' o ''sólo échale un vistazo al día para ver como van tus ganancias, desde cualquier smartphone''.

Antonio veía como esa persona tatuada tenía mucho dinero (en su Instagram ve varios Lamborghini, vacaciones de lujo,...) por lo tanto piensa que copiar la operativa de ese señor es un acierto para él acabar igual, o por lo menos que le dé para un Porsche Panamera. Decide abrirse una cuenta en las ya muchas compañías de bróker que dan este servicio. Todos se pelean por nuevos y necios clientes. No te hablan de comisiones y ellos desean que palmes la pasta para ellos llevárselo calentito.

El millennial Antonio mete sus ahorros en el bróker, sigue al ricachón de coches de lujos, novia flamante y vacaciones de ensueño, además de usar el filtro sobre rentabilidad y seguir a 3-4 que no conoce pero que están teniendo una rentabilidad con la que doblaría el capital inicial en apenar una semana.

Antonio, con la app móvil, día tras día va viendo como su dinero crece. O eso es lo que quiere ver. Empieza bien, ganando 200€, 300€,... pero a la semana empieza a tener rentabilidades negativas y sus ahorros se van desplomando. Sigue creyendo en el método y piensa que ya vendrán tiempos mejores. Finalmente Antonio ve como su cuenta acaba desplumada.

Antonio no se dio cuenta que para realizar las mismas operaciones que otro trader hay que conocer su operativa y sus objetivos, al igual que tu capital puesto que podrá asumir pérdidas mayores que él. Tampoco se dio cuenta que esos traders famosos tienen varias cuentas operativas con diferentes brókers, no realizan en esa plataforma toda su operativa, simplemente la que ellos quieren, y obviamente, una persona que vive de vender cursos de Bolsa no va a hacerte rico de manera gratuita a base de copiarle. A ellos les interesa que palmes, para que el bróker gane dinero y pueda pagarle luego una comisión a ese trader, y luego, un poco desorientado, acabes pagando 800€ por un curso de fin de semana del que saldrás como trader ganador.


*Esta historia es una historia ficticia narrando una realidad.